¿Quieres admirar la elegancia soviética y sumergirte en la nostalgia? Visite un lugar icónico en Sochi: el sanatorio abandonado de Sergo Ordzhonikidze. El magnífico complejo aún no ha perdido su grandiosidad y sorprende por su amplitud y monumentalidad.
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Los edificios tocados por el marchitamiento siempre me impresionan. ¡Hay un encanto especial en ellos! Trozos de piedra muerta solitarios, abandonados, durante un breve período animados por las manos de los artesanos, y ahora gradualmente destruidos por las plantas, los vientos y las lluvias, pueden decir mucho para un viajero curioso.
Aquí es donde nace la nostalgia por el tiempo que nunca conociste.
Si dejamos de lado los pensamientos prosaicos sobre cómo se podría utilizar sabiamente esta herencia soviética perdida, entonces uno puede obtener mucho placer de la contemplación, el caminar y la reflexión. Así que ven, camina, disfruta de la belleza.
Te aconsejo que vengas temprano en la mañana, aunque a esta hora no puedo garantizarte la soledad. El sanatorio abandonado de Ordzhonikidze ya se ha convertido en un símbolo tácito del pasado soviético de Sochi y, gracias a las fotos en Instagram, ha ganado una popularidad frenética.
Llegamos más cerca del atardecer. Ni siquiera esperaba ver Bacantes reales de Instagram cerca de la piedra "Bacantes bailando", tomando fotografías en casi las mismas poses extrañas. Había tanta gente en el centro del sanatorio que parecía que llegamos al casting de algún tipo de película.
Sin embargo, si vas más allá, todo será diferente: edificios desiertos, caminos cubiertos de vegetación, parques abandonados.
La historia del sanatorio y los motivos del cierre.
La gloriosa historia del sanatorio-palacio comenzó en 1934, cuando el Comisario del Pueblo Sergo Ordzhonikidze eligió personalmente el lugar del balneario para los mineros. ¡En solo tres años, se construyó un lujoso conjunto de 15 edificios! Un poco más tarde apareció la fuente principal "Dancing Bacchantes" y después de la guerra se abrió un funicular al mar.
El Palacio Socialista era un lugar de vacaciones prestigioso en la Unión Soviética; aún así, un simple trabajador ni siquiera podía imaginar tal lujo. Arquitectura renacentista de Palladio, rico estuco, columnas macizas, elegantes escaleras, arcos ingrávidos, cuyas bóvedas están pintadas por los maestros de Palekh y Mstera. Dicen que en el sanatorio se servía caviar y esturión.
En el libro “Sochi-Matsesta. Ensayos sobre arquitectura ”, escribe el arquitecto NB Sokolov que en el sanatorio, al decorar salas de estar, pasillos y salas de estar, se utilizaban valiosos tipos de madera, y en casi todas partes había pintura decorativa. De hecho, este es el caso. ¡Mira dentro a través del cristal!
